Qué hacer: mis ideas para arrancar
Recapitulando un poco, hasta ahora:
- Expliqué de qué va este blog
- Definí qué tipo de emprendimiento me interesa
- Y, más o menos, ya definí la visión para mi camino independiente.
La cuestión ahora es: concretamente, ¿qué voy a hacer?
Mi gran preocupación es no hacer algo que yo crea que es interesante para el mercado pero después no tenga interés de nadie. Lo que habitualmente se llama “un problema en busqueda de una solución”.
Dos ideas
En lo inmediato quiero seguir explorando dos áreas donde creo que podría tener alguna oportunidad de negocio.
Son dos problemas que conozco de segunda y primera mano (según el orden en que los voy presentar acá).
* Software para instructores de fitness
Mi pareja es instructora de fitness, y tiene la necesidad de contar con algo que la ayude a establecer rutinas de ejercicios según el cliente.
Este es un problema recurrente que veo en el nicho de preparadores físicos e instructores.
La cuestión es que es algo que conozco de segunda mano por lo que inevitablemente tendré que seguir indagando sobre cómo resuelven ese problema actualmente, qué utilizan para hacerlo, el nivel de satisfacción que tienen, pero fundamentalmente si hay un mercado real (gente pagando por servicios / productos) al que pueda llegar y atender de alguna forma.
Tengo mucho para investigar porque no tengo idea las implicancias de la entrega del servicio. Por ejemplo, si es es necesario que los clientes se sumen como usuarios en la plataforma.
Cuestiones como esas complicarían mucho mi idea de crear algo que sea mantenible sólo por mi.
Igualmente, quiero enfocarme en validar que hay un mercado real antes que hacer nada.
* Software de productividad para emprendedores indie
Otro más, si 😛
No sería otro más, obviamente. Existe una cantidad impresionante de aplicaciones que pueden ser usadas para ésto, pero están orientadas a resolver cuestiones diferentes.
En un próximo artículo haré una descripción más detallada de mi propuesta, aquí va una síntesis de cuatro puntos que veo de la situación de ese nicho del mercado.
1. Siempre más < Menos es mejor
La inmensa mayoría del software orientado a productividad empieza con propuestas simples pero rápidamente se llena de funcionalidades que buscan sumar más y más usuarios.
Es lógico, sus modelos de negocio están definidos en función de esa métrica: cobran por persona agregada al sistema.
Y si bien el modelo de pagar por usuario podría ser interesante para los emprendedores en solitario (al final pagarían sólo una cuenta), el propio sistema nos impulsa a perder tiempo enfocándonos en cuestiones que sólo nos distraen.
2. Enfoque en clientes y colaboradores.
En este modelo, generalmente también se paga por usuario, pero la gran diferencia es que al proyecto y las tareas los definen los propios freelancers.
Los “demás” (colaboradores y clientes) juegan un papel digamos secundario.
Igualmente, este tipo de plataformas también tienen objetivos diferentes a los de un emprendedor indie, y por éso resaltan las funcionalidades de administración de múltiples proyectos, de manejo de documentos (briefs, propuestas, colaboración, etc.), administración de contactos (CRM), time tracking, etc.
3. Enfoque en equipos y managers.
Una política de precios diferente es cobrar por organización o empresa (no por usuario).
Entonces, y justamente por éso, el producto está enfocado en equipos, managers e incluso clientes. Redunda en funcionalidades de administración, coordinación y organización de equipos, usuarios, clientes y colaboradores, chats, anuncios, etc.
4. Precio
Las propuestas van desde lo “gratuito” (sabemos lo que éso significa) hasta los 99 dólares mensuales (inalcanzables para un microemprendedor, más si es latino)
En resumen
Más allá de las distintos matices, creo que hay espacio en el mercado que sigue sin satisfacer sus necesidades: los microemprendedores.
Y claramente el problema me toca de cerca, es realmente algo con lo que lucho hace casi una década: avanzar en mis aspiraciones.
Lo detallo en el próximo artículo ;)